El inicio de un nuevo ciclo escolar es un momento clave para implementar hábitos saludables en la rutina diaria de los niños, entre los que destacan la activación física y un buen descanso. Ricardo Robert Cervantes, Director de la Facultad de Fisioterapia de la UPAEP, resaltó la importancia de estas prácticas haciendo un llamado a padres y educadores para que promuevan la actividad física y un sueño reparador en los más jóvenes.
Dijo que de acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022, menos del 2% de los niños en México cumplen con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la actividad física.
Comentó que la OMS establece que los niños deben realizar al menos 60 minutos de ejercicio físico moderado a intenso, tres veces a la semana. Sin embargo, Robert Cervantes advierte que la creciente proliferación de dispositivos electrónicos ha reducido significativamente el tiempo que los niños dedican a moverse y jugar, aumentando los riesgos de obesidad, diabetes juvenil, y otras enfermedades crónicas.
El Director de la Facultad de Fisioterapia subrayó la diferencia entre la actividad física y el ejercicio. Mientras que la primera incluye acciones cotidianas como caminar o subir escaleras, el ejercicio se refiere a actividades planificadas con el objetivo de mejorar cualidades físicas específicas, como la resistencia cardiovascular o la fuerza muscular. «No se trata solo de moverse, sino de que el movimiento tenga un propósito», explicó Robert Cervantes.
Señaló que además del ejercicio, el buen dormir es otro pilar fundamental para la salud infantil. La falta de un sueño adecuado puede desencadenar problemas de aprendizaje, dificultades de atención y retención de información.
La Asociación Americana de Pediatría recomienda que los niños entre 6 y 12 años duerman entre 8 y 12 horas diarias. Ricardo Robert aconseja establecer una rutina nocturna que excluya el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir, para asegurar un descanso de calidad.
Para fomentar estos hábitos, Robert Cervantes recomienda algo tan simple como salir a jugar. «No es necesario inscribir a los niños en actividades estructuradas; basta con que salgan a jugar con sus amigos o vecinos. Esto no solo mejora su salud física, sino también su desarrollo social», afirmó.
El ejercicio regular y un buen descanso no solo benefician a corto plazo, sino que también previenen enfermedades crónicas en el futuro. «Inculcar estos hábitos desde la niñez es clave para garantizar una vida adulta saludable», concluyó Ricardo Robert.
El regreso a clases es el momento perfecto para reforzar estos hábitos. La activación física y el buen dormir no son solo recomendaciones, sino inversiones en la salud y bienestar a largo plazo de nuestros niños.