Lo que ocurrió la tarde del sábado en la carretera federal Puebla-Tehuacán a la altura del municipio de Amozoc, es resultado de la corrupción y la impunidad que se apoderaron desde hace años de la Secretaría de Movilidad y Transporte.
La falta de capacitación, la chatarra que circula todos los días en calles de Puebla, además de las promesas de modernizar el transporte público, ocasionó este terrible accidente que acabó con una familia.
Se sabe que por quedarse sin frenos, la ruta 86 unidad 23 invadió el carril contrario e impactó a un auto en el que viajaban Jessica y Gilberto así como su pequeña hija de 2 años de edad.
El matrimonio murió mientras que la niña que quedó prensada entre los fierros del auto, fue rescatada con vida y trasladada al Hospital para el Niño Poblano donde su estado de salud es muy grave.
Y como sucede en cada accidente, el conductor se dio a la fuga y hasta el momento no ha sido identificado.
Ante estos lamentables hechos no basta con tener detenido a un exsecretario como Guillermo Aréchiga Santamaría, quien durante su gestión entregó casi 100 concesiones de forma irregular y además incumplió con la instrucción del gobernador Miguel Barbosa Huerta de modernizar al transporte público a cambio del aumento al pasaje que se autorizó en octubre del 2019.
Simuló la instalación de cámaras de seguridad y el botón de pánico en las unidades de transporte, equipos que nunca estuvieron conectados al C5 como era el compromiso, los choferes siguen sin ser capacitados y laborando jornadas intensas lo que hace que circulen a exceso de velocidad aunado a que nadie vigila que las condiciones mecánicas de los camiones sean las óptimas.
Es necesario una mano dura que ponga en orden al transporte público, que garantice un servicio seguro y de calidad para miles de poblanos que usan este servicio todos los dias y que sólo desean regresar sanos y salvos a su casa. Ni Más Ni Menos.
Hasta entonces…
Ana Celia Lara
@anacelialara
anacelialara@hotmail.com