La despenalización del aborto ha tomado relevancia en los últimos días, sobre todo, por la intención de legisladores que se autodenominan como parte del “Grupo Plural” en el Congreso del Estado de Puebla para que esta medida sea una realidad en el estado.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró en 2021, la inconstitucionalidad de las sanciones penales existentes por la interrupción del embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación en todo el país.
En la entidad existe regulación al respecto, la suspensión del embarazo está claramente establecida en el Código Civil cuando se trata de poner en riesgo la vida de la madre, el producto tiene como origen una violación o es no consensuado, es decir, que por alguna razón la mujer afectada no se enteró de la fecundación.
Si bien la despenalización no obliga a los sistemas de salud pública a realizar esta práctica, sí debe ser analizada porque se trata de la suspensión de la vida de un tercero, y en ese caso, se ve afectado un ser completamente independiente.
A las 12 semanas de gestación, el ser humano se encuentra totalmente formado, se mueve, la definición de sus rasgos faciales es total, además, el sistema nervioso del bebé ya cuenta con sus componentes básicos.
Es preciso consensar esta medida, no sólo con grupos religiosos sino con la población de mujeres en el estado que representen una muestra significativa para saber si están o no de acuerdo, porque no siempre lo que hace ruido es lo más popular y lo popular no suele ser correcto.
Lo que sí sería una solución es evitar embarazos no deseados para impedir que las mujeres tengan que acudir a clínicas, muchas de dudoso prestigio, a realizarse esta práctica y los legisladores crear los protocolos necesarios y asignar el presupuesto suficiente para llevar a cabo campañas de concientización sobre el ejercicio de una sexualidad responsable, y no optar por la vía fácil.
La despenalización del aborto es la antesala de la legalización y estaríamos hablando de la adopción de una ideología que nada tiene que ver con la cultura de las y los mexicanos, en la cual, la familia desempeña un papel preponderante.
En regiones como Europa donde la legalización del aborto es una realidad y también la ideología de género como parte de una cultura adoptiva creciente, la población ha disminuido, mientras aumenta la migrante que no acoge esta idea, como parte de un reacomodo global en el que lleva ventaja el pensamiento radical.